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Cáncer de cuello uterino: prevención

El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más común en las mujeres en todo el mundo. Por fortuna, hay muchas medidas que puede tomar para disminuir el riesgo. Hay maneras de prevenir el precáncer, así como pruebas para detectarlo de forma temprana, antes de que pueda convertirse en cáncer de cuello uterino. A continuación, se indica cómo proteger la salud del cuello uterino y evitar problemas futuros.

Principios básicos biológicos

En primer lugar, es necesario entender qué es el precáncer de cuello uterino en este contexto. El precáncer se refiere a cambios celulares anormales en el cuello uterino. Estos cambios precancerosos no son perjudiciales, pero pueden convertirse en cáncer de cuello uterino con el tiempo. Imagine el precáncer como una señal de advertencia. Nos indica que, si las células anormales no se tratan, podrían convertirse en células cancerosas.

El virus del papiloma humano (VPH) es lo que desencadena los cambios en las células del cuello uterino. Casi todos los casos de cáncer de cuello uterino se deben a este virus. El VPH es muy frecuente. Se transmite por contacto sexual piel con piel y no suele presentar síntomas. Sin embargo, no todas las infecciones por VPH se convierten en cáncer. De hecho, el VPH suele desaparecer por sí solo. Solo algunas cepas provocan cáncer de cuello uterino.

Tres maneras de prevenir el precáncer

Para reducir el riesgo de cáncer de cuello uterino, es importante prevenir los cambios celulares precancerosos del cuello uterino. Para protegerse, asegúrese de hacer lo siguiente:

1. Vacúnese contra el VPH.

La vacuna contra el VPH la protege contra determinados tipos de infecciones por VPH. La vacuna es más eficaz si se coloca antes de la exposición al VPH. Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), se recomienda que los padres vacunen a los hijos en la adolescencia, antes de que sean sexualmente activos:

  • Los niños de entre 9 y 14 años deben seguir un esquema de 2 dosis. Las inyecciones se administran con un intervalo de 6 a 12 meses.

  • Los adolescentes de entre 15 y 26 años deben seguir un esquema de 3 dosis. La vacuna se administra en 3 inyecciones.

También hay una vacuna disponible para adultos de 27 a 45 años. Si no recibió la vacuna cuando era más joven, hable con el proveedor de atención médica para decidir si sería útil ahora.

2. Utilice condones durante las relaciones sexuales.

Quizás los condones no siempre sean cómodos, pero siempre valen la pena si disminuyen el riesgo de cáncer de cuello uterino. Los condones reducen la posibilidad de contraer el VPH. También protegen contra la clamidia, otra infección que se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino.

Use condones de forma correcta y periódica cada vez que tenga relaciones sexuales. Pero tenga en cuenta que el virus del VPH puede transmitirse a través del contacto de la piel con zonas infectadas no cubiertas por el condón, como la piel genital alrededor de este. Aun así, aunque los condones no previenen por completo la infección, se asocian a una menor tasa de cáncer de cuello uterino.

3. Evite consumir productos con tabaco.

Fumar aumenta el riesgo de tener células precancerosas en el cuello uterino que podrían provocar cáncer de cuello uterino. En la mucosa del cuello uterino, se detectaron carcinógenos de los productos con tabaco. Los investigadores creen que estas sustancias dañan el ADN de las células del cuello uterino. Además, fumar debilita el sistema inmunitario. Esto le dificulta al cuerpo defenderse de las infecciones por VPH.

Dejar de fumar no es fácil. Consulte con el proveedor de atención médica para obtener consejos y apoyo. El proveedor puede facilitar esta transición para que sea más controlable.

Esté atento a las pruebas de detección

Si bien los pasos anteriores contribuyen en gran medida a reducir el riesgo de cáncer, no pueden garantizar una protección total. Por este motivo, es muy importante hacerse pruebas de detección. Las pruebas pueden detectar cambios en las células del cuello uterino desde el principio. Eso significa que el proveedor de atención médica tendrá tiempo para tratar las células y evitar que progresen hasta convertirse en cáncer.

El otro beneficio de las pruebas de detección es que, si hay cáncer, pueden ayudar a detectarlo en las primeras etapas. Y detectarlo a tiempo significa mayores posibilidades de un tratamiento exitoso y una recuperación completa.

Hay 3 tipos de pruebas de detección:

  1. Prueba de Papanicolaou. Mediante esta prueba se buscan células precancerosas en el cuello uterino.

  2. Prueba de VPH. En esta prueba se detectan infecciones por VPH de alto riesgo, aunque no se puede determinar si tiene cáncer de cuello uterino. Se necesitarían más pruebas para diagnosticar el cáncer.

  3. Prueba conjunta. Aquí se combina la prueba del VPH con la prueba de Papanicolaou.

Desde la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (American Cancer Society) se señala que las mujeres deben hacerse pruebas periódicas de VPH a partir de los 25 años. Estas son las recomendaciones para la prueba de detección del cáncer de cuello uterino:

  • Las mujeres que tienen entre 25 y 65 años deben hacerse una prueba de VPH cada 5 años.

  • Si una prueba de VPH independiente no es una opción, la prueba de detección se puede hacer con una prueba de Papanicolaou cada 3 años. O se puede hacer una prueba conjunta cada 5 años.

  • Las mujeres mayores de 65 años pueden suspender las pruebas de detección si las hicieron de manera regular durante los últimos 10 años con resultados normales. Si tiene antecedentes de precáncer, debe continuar con las pruebas durante al menos 25 años después de que se descubrió la afección, incluso si ya tiene más de 65 años. Hable con el proveedor para averiguar si esto se aplica a usted.

  • Las mujeres que se sometieron a una histerectomía (con extirpación del cuello uterino y del útero) y no tienen antecedentes de cáncer de cuello uterino o precáncer grave no necesitan hacerse pruebas de detección. Las mujeres que se sometieron a una histerectomía sin extirpación del cuello uterino deben continuar con las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino de acuerdo con las instrucciones.

Si tiene un alto riesgo de padecer cáncer de cuello uterino, es posible que necesite hacerse pruebas con más frecuencia. Trabaje con el proveedor de atención médica para planificar el programa de detección que mejor se ajuste a usted.

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