Información de salud

Trastornos delirantes

Las personas que tienen trastornos delirantes creen cosas que no son ciertas. Por ejemplo, pueden estar convencidas de que otras personas desean hacerle daño. O pueden pensar que están enfermas de gravedad cuando en realidad no es así. Estos pensamientos (falsas creencias) pueden provocar una gran angustia. A una persona se le diagnostica un trastorno delirante cuando tiene uno o más pensamientos delirantes durante al menos un mes que no pueden explicarse por otras afecciones. Estos pensamientos delirantes son situaciones que no son reales pero tampoco imposibles, como la enfermedad grave descrita anteriormente. Estos delirios pueden tener consecuencias negativas graves en la vida de la persona y sus relaciones. Afortunadamente, hay tratamientos que pueden aliviar este problema.

¿Cuáles son los síntomas?

Una persona que tiene este trastorno probablemente se vea invadida por ideas ficticias conocidas como delirios. En muchos casos, estos pensamientos están relacionados con asuntos de la vida real de la persona afectada. Llegan a abrumarla al punto de provocar que haga cosas extrañas. Como resultado, los delirios pueden deteriorar las relaciones personales o incluso el empleo. Además, la persona afectada podría sentirse deprimida o enojada. Convencer a una persona con un trastorno delirante de que esos pensamientos son falsos es extremadamente difícil.

Cómo obtener ayuda

Anime a su ser querido a que busque tratamiento. El proveedor de atención médica, el hospital local o un centro de salud mental pueden ser de ayuda. Muchos de los síntomas de este trastorno pueden aliviarse con medicamentos y terapia.

Medicamentos

Algunos medicamentos pueden ayudar a la persona a pensar con más claridad. Otros pueden aliviarle la depresión. Estos medicamentos también pueden causar efectos secundarios. Si su ser querido se ve aquejado por efectos secundarios, asegúrese de avisar al proveedor de atención médica. Tal vez le sirva de ayuda cambiar la dosis o el tipo de medicamento. La persona que toma estos medicamentos no debe dejarlos aunque se sienta mejor. Si los suspende, es probable que vuelvan los síntomas. Del mismo modo, no se debe aumentar la dosis para manejar los síntomas de trastornos delirantes ni disminuirla por los efectos secundarios sin antes consultar al proveedor de atención médica.

Terapia conversacional

El simple hecho de hablar con un terapeuta o sicólogo puede constituir un gran alivio. Puede ayudar a su ser querido a comprender sus pensamientos y controlarlos mejor, así como enseñarle maneras de prevenir problemas en el futuro. Pero muchas personas que tienen trastornos delirantes necesitan al menos alguna forma de medicamento para controlar los síntomas.

Trastornos delirantes frecuentes

  • Delirios paranoides. Las personas con este tipo de delirio piensan que otros desean hacerles daño. En consecuencia, sienten rabia y resentimiento. Pueden hasta recurrir a la violencia para protegerse a sí mismos.

  • Delirios somáticos. Estos tipos de delirio afectan los sentidos. Por ejemplo, una persona con un delirio somático podría pensar que una parte de su cuerpo despide mal olor. O que tiene insectos caminando por la piel.

  • Delirios de grandeza. Las personas con este tipo de delirio piensan que tienen mucho talento o habilidades. A veces afirman que conocen a personajes famosos o que son sus parientes.

  • Delirios de celos. Una persona con este tipo de delirio puede estar convencida de que su pareja le es infiel. Quizás hasta llegue a acecharla, perseguirla o tratar de controlar sus acciones.

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