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Seguridad de la espalda: Los principios de una buena postura

La buena postura lo protege contra lesiones y lo hace sentirse más cómodo; propóngase mantener una postura adecuada todo el día.

Revise su postura

El cuerpo humano funciona de manera óptima cuando está bien alineado. Para mejorar su postura de pie, siga estos pasos:

  • Tómese un momento para cerrar los ojos y sentir su cuerpo; luego, respire hondo y relaje los hombros, las caderas y las rodillas.

  • A continuación enderécese un poco, comenzando desde la parte superior de la cabeza. Imagínese una línea que le vincula las orejas, los hombros, las caderas y los tobillos. Amolde el cuerpo a esa línea; tal vez necesite relajar las caderas y mover la pelvis ligeramente hacia adelante.

  • Ahora, mírese al espejo. ¿Tiene una oreja, un hombro o una cadera más arriba que el otro? Deberían estar a la misma altura.

Vista lateral de un hombre parado, con las orejas, los hombros, las caderas y los tobillos alineados.

La buena postura es beneficiosa

Con la correcta alineación, es más probable que la espalda se mantenga más segura a lo largo del día.

  • Al estar de pie. Apoye un pie en un banquito o caja baja para aliviar la presión sobre la espalda lumbar. Desplace el peso de su cuerpo de un pie al otro a menudo. Si puede, ajuste la altura de su superficie de trabajo para evitar que el cuello y los hombros hagan esfuerzos.

  • Al conducir. Siéntese lo suficientemente cerca del volante como para mantener las rodillas ligeramente dobladas. Para mayor comodidad, las rodillas deben estar a la altura de las caderas o un poco más abajo. Siéntese lo más derecho que pueda. La curva de su espalda lumbar debe estar completamente apoyada contra el asiento.

  • Al caminar. Párese recto y camine con la cabeza erguida. Para ayudar a relajar los músculos, deje colgar los brazos mientras camina. Póngase zapatos que le calcen bien y brinden apoyo a los pies. Si va a permanecer de pie o caminar por mucho tiempo, evite los zapatos de tacón alto.

  • Al sentarse y dormir. Elija sus muebles con cuidado; asegúrese de que no le vayan a causar o empeorar un dolor de espalda. Las sillas deben permitirle sentarse cómodamente con una postura correcta; si es necesario, use almohadas para brindar más apoyo. Su cama debe apoyar las curvas naturales de su espalda, sin ser ni demasiado dura ni demasiado blanda.

Revise cómo se sienta usted

Si usted se sienta correctamente, podrá reducir la presión en la espalda. Pruebe estas sugerencias:

  • Siéntese con la curva de su espalda lumbar bien acomodada contra la silla. Fije la vista en línea recta, sin doblar el cuello.

  • Apoye las plantas de los pies sobre el suelo o en un reposapiés. Mantenga las rodillas al mismo nivel que las caderas.

  • Ajuste la altura de la silla según sea necesario; siéntese de forma que sus antebrazos queden nivelados con la superficie de trabajo.

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